Los efectos de la crisis también se notan en la estructura sindical de Comisiones Obreras (CC OO). El sindicato no goza en estos momentos de los ingresos que tenía hace cuatro años, por ejemplo, y se ve obligado a meter la tijera como una empresa más. Sin embargo, la actuación que plantea para sanear sus cuentas y optimizar los recursos pasa por aplicar a rajatabla lo que tanto critican y el motivo de las dos últimas huelgas generales: la reforma laboral.
El sindicato lleva meses elaborando un plan estratégico nacional para salir a flote, que incluye la eliminación de programas, departamentos, negociación a la baja del convenio y un ERE. Las directrices se han marcado en Madrid. Los responsables provinciales de las centrales sindicales son ahora los encargados de ajustar este plan a sus necesidades.
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